10 cosas que los hombres deberíamos dejar de hacer a los 30

Pareja celebra un treinta cumpleaños (IStock)

El tiempo pasa, la vida cambia y uno tiene que adaptarse. Los 30 son una edad dorada para muchos, pero también un momento en el que algunas puertas se cierran y se toman gran parte de las decisiones que definen el resto de nuestras vidas. Obviamente no existen diez mandamientos escritos sobre las cosas que los hombres deberíamos dejar de hacer a los 30, estas son algunas sugerencias:

1. Dejar de gastar dinero extravagantemente

Darte algún capricho nunca está de más, pero los 30 son una buena época para intentar ahorrar, quizá invertir y en definitiva pensar en una posible futura pensión. Así que quizá no está de más recortar gastos superfluos -esa arrocera que nunca vas a usar, los muebles que directamente no tienen hueco en tu piso o los viajes en taxi porque no eres capaz de despertarte a la hora para ir al trabajo-.

2. Dejar de dormir a deshora

El sueño regular te permite ser más productivo y en general estar más preparado para afrontar el día a día. Es posible que lleves unos años o más de una década durmiendo cuando podías y con un ritmo totalmente descontrolado. Es mejor que a esta edad intentes cambiarlo.

3. Dejar de criticar a tus padres por su poca autosuficiencia tecnológica

O a la gente más mayor que tú en general. Afróntalo, en diez o, como mucho, veinte años quizá necesites ayuda de gente más joven para realizar acciones básicas del Internet del futuro.

4. Dejar de comprarte ropa con tu madre

Pedirle consejo nunca será malo, que para eso te quiere más que nadie, pero hay que empezar a ser un poco autosuficiente. Además, no estaría de más que ya no necesitaras llamarles principalmente por cuestiones monetarias, y que sí lo hagas para pasar tiempo con ellos: dar un paseo, tener una conversación, viajar...

5. Dejar de intentar no comprometerte

Al menos en parte. El amor, la amistad, la vida laboral, la familia…todos estos aspectos exigen un cierto compromiso y a los veinte es habitual dar bandazos y relativizar todo. Pero a los 30 deberías empezar a entender qué y quiénes son verdaderamente importantes y qué demandan de ti esas relaciones.

6. Dejar de ser un auténtico desastre

Es difícil, pero en algún momento tocará dejar de lavar la toalla o las sábanas cada dos o tres meses o cuando sabes que vas a tener compañía. No estaría de más saber si roncas, o si te gusta dormir en el lado derecho de la cama. Descuelga los posters de la pared. Coge el toro por los cuernos.

7. Dejar de intentar ser alguien que no eres

Tener un retrato robot de uno mismo quizá nos limite demasiado, pero un par de bocetos no nos van mal. Así que a los 30 ya deberías saber quién eres, o qué quieres ser. Qué te hace sentir bien y qué puedes aportarle a los demás. Y pasa de lo que digan los demás. Quizá te preocupa que deberías tener una casa, hijos o casarte. Pero si eso no te va a hacer feliz, no es necesario. Conócete y compénsate.

8. Dejar de poner excusas a una vida sana

A los 30 es muy importante cuidarse física y mentalmente. Sabemos que adelgazar puede ser beneficioso para el cerebro humano, pero hay muchas formas de cuidarse. Practica tu deporte favorito, ve al gimnasio, cuida tu dieta, lee libros, disfruta de lo que te interesa….

9. Dejar de pensar en errores del pasado

Quizá no hayas encontrado el trabajo que soñabas, o te hayan dejado traumática…Intenta no machacarte con situaciones del pasado y afronta el presente y el futuro de forma proactiva. Estos años definen el resto de tu vida y no quieres que el pasado te impida orientar tu futuro.

10. Dejar de tener un futuro tan incierto

Lo quieras o no, esto es algo que te va a pasar a los 30. Probablemente y con suerte encontrarás un trabajo estable y en el que quieras mantenerte, una ciudad en la que vayas a vivir un tiempo relativamente largo y relaciones más o menos fijas. Aunque siempre habrá oportunidades para reinventarte o dar un vuelco a tu vida si no estás satisfecho, aquella época de oportunidades e incertidumbres que son los veinte suelen dar paso a un camino más estrecho. Pero será tu camino.

Roberto Gil: