Seguramente alguna vez te habrá dicho un amigo que él es alérgico al deporte, y tú le hayas devuelto una sonrisa cómplice, una carcajada o incluso una onomatopeya para mandarle de paseo. Y es que es muy lógico pensar que te está tomando el pelo, a lo mejor es así de hecho, pero seguramente te pienses si reaccionar igual la próxima vez que te lo digan cuando sepas que la realidad es que existe este trastorno, conocido por el nombre de anafilaxia.
Se trata de un síndrome descubierto hace casi 4 décadas cuya consecuencia es la aparición de una reacción alérgica por todo el cuerpo al practicar ejercicio. Es cierto, que hay un número importante de personas que lo sufren exclusivamente cuando mezclan el deporte con una determinada alimentación, pero en otro porcentaje también significativo no es así. Por otro lado, es muy curioso que la ciencia todavía no haya descubierto ningún caso de anafilaxia en las personas que el deporte que practican sea la natación.
En el caso de esa mitad de pacientes cuya enfermedad está también relacionada con la alimentación, la gran mayoría deriva de los ingredientes vegetales, los cereales, la fruta y los frutos secos y en menor medida de las verduras. En el caso de los alimentos de origen animal, los mariscos se llevan la palma, siendo los grandes causantes de anafilaxia. También se han dado casos en los que la leche y los huevos han tenido su influencia.
El síntoma más común antes de la aparición de toda la reacción alérgica es el picor en las extremidades después de terminar la práctica deportiva o incluso durante la misma. Si aparece en este último caso, lo conveniente es detener el entreno y tomar algún fármaco antihistamínico. Si no estás acostumbrado a ellos, ten cuidado, déjate aconsejar por los expertos en la farmacia pero recuerda que suelen producir mucho sueño por ejemplo. En el caso de que aparezcan síntomas peores, hay que tomar medidas rápido y llamar a emergencias, sobre todo en el caso de los problemas respiratorios.
Lo mejor que tiene la enfermedad (por verle la parte positiva) es que con los años se ha estudiado mucho y hoy en día es un síndrome muy conocido y por lo tanto fácil de tratar. De hecho, basta con ser preventivo una vez que se detecta.
Aquellas personas que lo sufren en relación a los alimentos lo único que deben hacer es no incluir dichos ingredientes en su dieta el día que van a hacer ejercicio o en su defecto durante al menos las 6 horas previas al entrenamiento.