Hoy en día pasamos sentados muchas más horas de las recomendables. El cuerpo humano está genéticamente diseñado para moverse, no para estar sentado. A lo largo de los siglos hemos ido variando nuestra actividad vital y nuestra forma de relacionarnos con el mundo. Los primeros pobladores utilizaban su cuerpo para cazar, sembrar y recolectar. En la actualidad, nos hemos ido acomodando y, ahora, hay una gran mayoría de personas que realizan trabajos de oficina en los que deben estar sentados durante 8 horas diarias o más.
Demasiadas horas sentados
Pasar tantas horas sentado conduce a caer en la inactividad y el sedentarismo, lo que puede, en el peor de los casos, puede desembocar en enfermedades cardiovasculares. Otras consecuencias de este estilo de vida son el aumento de peso y del volumen de la cintura, un descenso del metabolismo por la falta de actividad, una mayor resistencia a la insulina y un aumento de la presión arterial.
Además, pasar tanto tiempo en una postura para la que no estamos preparados provoca que los discos invertebrales, se compriman, perdiendo flexibilidad y movilidad, algo que puede derivar en protusiones lumbares o hernias discales. También, la musculatura de la espalda se atrofia por la falta de uso y se acortan músculos como los isquiotibiales o el psoas.
Muchas personas, al sentarse, varían la curvatura natural de la zona lumbar, especialmente creada para soportar el peso del cuerpo cuando estamos de pie. La lordosis lumbar es una curvatura hacia dentro de la columna vertebral. Cuando nos sentamos, solemos dejar caer el peso de nuestro cuerpo hacia delante, invirtiendo así la dirección natural de la curvatura de la espalda.
Ayuda a tu cuerpo con una silla ergonómica
Ante este panorama la venta de sillas ergonómicas ha aumentado gracias las ventajas que ofrecen. Estas sillas se ajustan perfectamente a tu espalda, con sus respaldos regulables y sus reposabrazos que te ayudarán a descansar. El diseño de estos asientos favorece la circulación sanguínea de los músculos y relaja y libera los discos intervertebrales, con lo que evitan problemas que se puedan ir agravando con el paso del tiempo.
Existen un gran número de modelos y hay una amplia gama de precios. La salud es importante, así que, comprar una buena silla ergonómica siempre será una buena inversión, y más, teniendo en cuenta que tienen una gran durabilidad. Como cada persona es un mundo, cada silla potencia una necesidad. Al elegirla, hazlo pensando en varios factores:
1. Tu talla y la posibilidad de subir o bajar el asiento.
2. La calidad de los reposabrazos y el resto de materiales.
3. La robustez, especialmente, para aquellas personas con sobrepeso.
4. La anchura del asiento.
5. El acolchamiento del asiento.
6. Que sea ajustable.
7. Que tenga apoyo lumbar.
8. Que tenga reposacabezas.
9. Un manual de instrucciones claro.
Las sillas ergonómicas son la solución perfecta para aquellos que están obligados a pasar una gran cantidad de horas sentados. Sentarse correctamente implica tener la espalda recta, pero respetando la curvatura lumbar, y la espalda apoyada en el respaldo del asiento. Hay que tomar asiento a una altura que permita tocar el suelo con los dos pies. Evita cruzar las piernas y mantén las rodillas en un ángulo cercano a los 90º. Cada cierto tiempo levántate, camina un poco y realiza estiramientos.