Los musculitos no somos rubias

Musculitos está tan confuso que se hiere a sí mismo (IStock)

(ni las rubias lo son)

En la actualidad existe un estereotipo muy ofensivo respecto a nosotros, la gente un poco sana. Los petados, los musculitos, los cachitas, los de MYHYV. Se nos considera tontos, nada culturales e incapaces para casi nada. Para casi nada que no sea levantar mancuernas, beber batidos de proteínas o hacernos selfies sin camiseta. Pues bien, nada de esto es cierto, ni ha sido probado nunca.

Es cierto que la televisión no ayuda. La mayoría de programas en los que gente algo más musculada de lo habitual tiene un papel protagonista utilizan el estereotipo de "cachas=tonto" a destajo. Es el caso de Un príncipe para Corina (o la princesa de turno) o el horrible y nada exitoso Nadie es perfecto. Los participantes de programas como Mujeres y Hombres y Viceversa no discuten como filósofos pre-socráticos y no ayudan a cambiar el estereotipo.

Pero existen muchos casos de "cachitas" inteligentes. Por ejemplo, el mismísimo Arnold Schwarzenegger es superdotado. También lo es el más desconocido Dolph Lundgren, que era doctor en el MIT antes de pasarse a las películas de acción. Por supuesto, no hay ningún tipo de estudio con base científica que demuestre que la capacidad intelectual de los que acuden a menudo al gimnasio sea menor que la de los que no lo hacen.

Muchas veces se critica el narcisismo de los musculitos. Aparentemente, pasamos al día tres horas musculándonos y dos haciéndonos fotos sin camiseta para deleitar a las chatis de Instagram. Es verdad que cuando uno se ve bien tiende más a "fardar". No obstante, hoy en día la gente sube fotos antes, durante y después de leer a Dostoievsky. Es una tendencia social y hay que aceptarla, disfrutarla o intentar cambiarla, pero no se reduce a los que llevamos una vida sana.

Lo cierto es que el entrenamiento más efectivo es el constante. Esto solo se consigue con una mentalidad fuerte. Casi nadie que esté fuerte pasa muchas horas dedicado a ello al día, simplemente lo interiorizan como una forma de vida. Así que sí, tenemos tiempo de leer libros, ir a un museo o petarla en los estudios. Y es probable que seamos más constantes y eficaces en nuestras tareas, ya que esto es algo que se aprende ejercitándose de manera seria.

En definitiva, es necesario que dejemos estereotipos físicos de lado. Ni los musculitos somos las nuevas rubias, ni las rubias fueron nunca más tontas que las morenas.

 

Roberto Gil: