La respuesta inmediata a la pregunta que titula este artículo es “no”. Parece lo lógico, ¿verdad? En muchos casos sí, pero en otros no. La contestación al interrogante de si se debe hacer ejercicio estando enfermo tiene muchos matices. Vamos a intentar explicarlos
1. Dependiendo de la gravedad
También es muy lógico. Si el problema es que estornudas, tienes la nariz congestionada, moqueo, congestión, o, incluso, dolor de garganta moderado, no habrá problema para hacer ejercicio estando enfermo (aunque sin reventarse). De hecho, practicarlo –tomando las medidas oportunas que se comentarán posteriormente– puede ser hasta beneficioso.
Sin embargo, si tienes fiebre, dolor de barriga, mucha tos, lo mejor es quedarse en casita y, a ser posible en la cama. Hidratarse bien y tener mucha paciencia.
2. Bien vestido
Finalmente has decidido hacer deporte. Es decir, tu enfermedad es leve. Debes tomar medidas para que no vaya a más. Usa ropa transpirable, que expulse el sudor y guarde el calor. Lleva una braga, y no solo para el cuello, también debes usarla para tapar boca y nariz y que el contacto con el aire (a veces helado) no sea directo.
3. Ejercicio moderado
Aunque el malestar sea leve, es mejor hacer ejercicio moderado si estás enfermo. Intenta no hacer ningún sobre esfuerzo exagerado. Escucha a tu cuerpo y, a pesar de que te encuentres mejor de lo que creías, si decides hacer ejercicio estando enfermo, se prudente.
4. Tiempo
Este punto es continuación del anterior. Todo dependerá de tu condición física, pero, en principio, aunque la enfermedad no sea nada grave, mejor hacer como mucho 30 minutos de ejercicio.
5. Rápido a la ducha
En cuanto llegues a casa, a la ducha, directo. Puedes estirar después de ducharte (de hecho debes hacerlo). Lo más probable es que normalmente hagas estiramientos justo al llegar a casa, esta vez se harán después: ducha caliente y a vestirse rápido. Y nada de acabar de entrenar en la calle y ponerte a charlar o a estirar en el parque. Rápido a casa.