La fiebre por cuidar la alimentación ha llevado a una situación en la que todos nos creemos nutricionistas o endocrinos y el exceso de información al respecto lo único que consigue es generar contradicciones y que mucha gente confunda las cosas. Además, las leyes a veces también agravan este problema permitiendo términos en los alimentos que llevan a engaño, como ocurre con los productos light.
La realidad del término light en alimentación es muy distinta a lo que muchos consumidores han adoptado como verdad sobre él. Para entender qué es un alimento light y qué puede ser catalogado legalmente como tal, debes saber que lo único que se exige es que en el mercado exista un producto de referencia con un 30% más de calorías que su versión menos calórica. Es decir, unas patatas light simplemente necesitan que existan unas patatas no light con un 30 % más de calorías.
Con esto las empresas alimentarias ya pueden etiquetar bien grandes sus productos con la palabra mágica, siempre y cuando añadan también el porcentaje de calorías reducidad, el valor energético y la existencia del alimento de referencia. Esto, obviamente, aparece mucho más pequeño que el término light.
Así pues, un alimento light es simplemente un alimentos con menos calorías que su original; esto no es equivalente a pocas calorías, ni saludable, ni bajo en grasas, ni bajo en azúcares ni adelgazante.
Todo esto ha llevado a que grandes mentiras al respecto de este tipo de productos se hayan establecido como verdades que el consumidor se ha creído alegremente. Las más comunes y peligrosas son éstas:
1. No engordan
Un alimento light es sencillamente un producto menos calórico que el original, pero no quiere decir que no tenga pocas calorías ni que sea saludable. Basta con leer los etiquetados de algunos de ellos para darse cuenta de que siguen siendo muchos de ellos una bomba para la salud.
2. Es sinónimo de saludable
La gente elegiría antes unas patatas fritas light que una callos y la realidad es que la primera de las dos es muchísimo menos saludable y engorda más que la segunda. Los alimentos no necesariamente tienen que ser saludables. Es una mentira establecida como verdad muy peligrosa que incita a tener graves problemas alimenticios.
3. Se puede comer más cantidad de ellos que de otras cosas
No es que se consuman con la alegría de pensar que son saludables, es que ello lleva a mucha gente a creer que pueden abusar de las cantidades por el simple hecho de denominarse light. ¡No creas que abusar de los refrescos light o de los helados light no engorda por ejemplo!
4. Son buenos para las dietas
Piensa que estos alimentos reducen sus calorías y por lo tanto su sabor, por lo que en muchas ocasiones se añaden sal y azúcares añadidos para recuperar parte del sabor perdido al quitarle grasa. Al final, muchos de ellos son alimentos tratados que tienen de todo menos ventajas para la salud.
5. Son grasa buena
El hecho de tener menos calorías no quiere decir que sus grasas sean buenas porque te puedes encontrar con grandes cantidades de grasas saturadas que no tienen ningún beneficio para el cuerpo.