Los estudios científicos sobre la importancia de la alimentación en cualquier aspecto relacionado con la salud de las personas son cada vez más completos y concluyentes. Por ejemplo, se ha estudiado la incidencia que tiene en los niños, que es muy alta para prevenir problemas como el sobrepeso o la diabetes, pero también para el desarrollo de sus cerebros y por lo tanto de un correcto desarrollo psicomotor y cognitivo.
Es tan importante la forma en la que enseñamos a nuestros hijos a alimentarse y tiene tanta incidencia en su vida que hay que empezar desde que está en el mismo útero de la madre. La lista de alimentos recomendados no difiere del patrón establecido por la dieta mediterránea, basada en frutas, verduras y legumbres principalmente. Aquí tienes una selección de productos concretos que son muy buenos para el cerebro de los más pequeños:
1. Fruta
Hay mucha y muy variada, toda positiva tanto para niños como para adultos. En concreto, los plátanos son magníficos porque supone un aporte de minerales muy potente que ayuda en el desarrollo neuronal controlando el riego sanguíneo del cerebro. El aguacate aporta magnesio y otras muchas son antioxidantes que también ayudan al cerebro protegiéndolo del daño celular.
2. Verduras
Todas son fundamentales pero una de las mejores son las verdes, como las espinacas, potentes antioxidantes que protegen al cerebro de posibles riesgos y grandes portadoras de nutrientes que promueven un mejor desarrollo cognitivo.
3. Lácteos
El calcio repercute también directamente en las funciones cerebrales. Sobre todo porque ayuda a regular la presión arterial y la función nerviosa. Pese a que hay mucha polémica alrededor de ellos, lo cierto es que los endocrinos son defensores a ultranza de los lácteos, cuyo consumo es capital para un menor. No hay sustitutivos naturales que aporten la dosis de calcio del yogurt por ejemplo.
4. Pasta
Los hidratos de carbono aportan una dosis de energía muy potente al cuerpo, incluido el cerebro. La glucosa juega un papel importante en el mismo, y los alimentos como la pasta permiten una absorción lenta de la misma.
5. Huevos
Son junto al pescado y los lácteos los ingredientes de origen animal más importante. Lo importante es saber variar y ofrecerles de todo lo saludable a los más pequeños porque lo que aprenden será lo que desarrollen de adultos. Entre otras cosas, los huevos contienen vitamina B, y ésta interviene en la formación de los neurotransmisores. En otras palabras, son positivos para la memoria, la concentración y la recuperación
6. Legumbres
El hierro es uno de los elementos más necesarios para la correcta salud del ser humano, y más en edad de desarrollo. Y una fuente principal de hierro son las legumbres, que por lo tanto ayudarán a introducir hierro en el cuerpo, encargado de transportar oxígeno hasta las células nerviosas. La agilidad mental se verá mejorada gracias a ello.
7. Frutos secos
Un puñado de frutos secos a media mañana o en la merienda es un acierto sobresaliente, una opción infinitamente mejor que los típicos zumos industriales o la bollería por ejemplo. Contienen grasa, por eso no conviene abusar de ellos, pero aportan una cantidad de nutrientes impresionante. Ayudan a reducir el colesterol y a mejorar las funciones neuronales entre otras cosas, además de aportar una dosis de energía extra.
8. Pescados azules
Un bebé no puede tomarlos hasta después del primer año de vida por precaución pero desde el momento en el que el pediatra lo permita, son muy importantes en la dieta de un niño porque son ricos en grasas saludables omega 3. En general, dentro de los productos animales, el pescado debe ser el que tenga más peso en la alimentación de los pequeños junto con los lácteos. Los ácidos grasos omega 3 tienen incidencia en el cerebro así que pescados como el salmón o las sardinas son positivos en este sentido.