La excusa que utilizan muchas personas de la falta de tiempo y cansancio para cocinar su propia comida es cierta en la mayor parte de los casos pero hay una solución que acaba de un plumazo con dicho argumento: cocinar todo el menú de la semana en un rato del fin de semana o de algún otro día de la semana que te venga mejor.
Para acabar con la pereza y evitar caer en las redes del menú de restaurante (que aunque sea un gran invento no es lo más saludable para comer cada día) es importante llevar una planificación. Basta con tener en un espacio de la cocina una plantilla de menú que incluya todos los días, comida y cena. El domingo, por ejemplo, mientras degustas un desayuno tranquilo o sosegado, coge papel y boli y dedícale 5 minutos a pensarlo. Escríbelo en la pizarra o plantilla y haz la lista de la compra en base a ello.
Cuando lo hagas dos veces habrás comprobado el tiempo que se ahorra en hacer la compra si partes de un menú estipulado, además de un salto cualitativo en tu alimentación porque generalmente se come más variado.
Qué cocinar y cómo es decisión personal, pero puedes hacer un menú para los 5 días laborables muy completo y sencillo en un rato. Hay numerosas recetas que te permiten obtener varias raciones, así que también es un truco hacer al menos una que lo permita y aguante bien en la nevera, de manera que cubras un par de comidas.
Los guisos son siempre una gran idea porque se hacen solos en la olla, aguantan muchísimo tiempo y mientras puedes seguir con el resto de recetas. Puedes hacer un potaje, un guiso de verduras utilizando de base por ejemplo el cuscús, o elegir unas clásicas lentejas. Todos son rápidos y fáciles de hacer y te cubrirán un par de días.
Una vez has elegido el guiso de la semana puedes diseñar y preparar el resto de recetas. Busca variar el menú: si por ejemplo el guiso es de carne puedes hacer un pescado y una crema de legumbres para utilizar de primero. En realidad, hay mil combinaciones.
La clave es la previsión y la organización. El ahorro de tiempo está sobre todo en la compra y en la preparación de los platos, porque muchas veces se tarda más en preparar los ingredientes para ser cocinados que en el cocinado en sí. Al hacer todos los platos de golpe, te ahorrarás tiempo en esa fase anterior.
Aprovecha todos los artilugios que tengáis: la olla para el guiso, el horno, el robot de cocina si lo tienes por otro, etc. Una vez lo tengas todo, si vas a congelar algo recuerda la importancia que tiene siempre anotar qué es y sobre todo la fecha del cocinado para evitar que pase demasiado tiempo de consumo.