Estas son las profesiones que más engordan

Comer frente al ordenador es un mal hábito

La falta de actividad física regular, los hábitos no saludables como fumar o dormir poco, trabajar con estrés, la mezcla en nuestras dietas de comida rápida, deliciosos menús o bocadillos fríos y un uso del tiempo libre más sedentario, propicia que los militares, todo el personal de seguridad, los cocineros, los oficinistas y los manipuladores de alimentos sean las profesiones que tienen más riesgo a engordar.

Esto es lo que se desprende de un estudio del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO). Y que aboga por una mejora de hábitos para que las cifras no aumenten ostensiblemente: "La obesidad en el ejército se ha planteado como una cuestión de prestigio e imagen, pero en el fondo sigue siendo un problema de salud derivado de un entorno restrictivo hostil y unos hábitos de vida inadecuados", aclara Rubén Bravo, portavoz de IMEO.

Y es que en este gremio de militares y servicios de seguridad, las principales causas de sobre peso suelen ser los turnos de noche y día, o el escaso tiempo para cocinar del que disfrutan, así como el estrés físico y emocional. Los nutricionistas lo tienen claro: aseguran que es importantísimo llevar una dieta variada y comer cada 3 horas para evitar la ansiedad y pasar hambre.

Otro de los sectores que más sufre sobrepeso es el de la restauración colectiva. Los cocineros y manipuladores de alimentos están en continuo contacto con este tipo de productos. Por eso son más propicios a tener ataques repentinos de picoteo por tanto es necesario “organizar bien los horarios de comidas (lo ideal sería cada 2 o 3 horas) y planificar las comidas y cenas de cada día”, comenta otra profesional de la nutrición.

Los transportistas lo tienen más complicado para realizar ejercicio físico debido a la naturaleza de su labor. Hay soluciones que sí que tienen al alcance de su mano, como localizar restaurantes con menús de comida casera: "Sería ideal que pudieran escoger un primer plato de verduras y un segundo plato de proteína, o bien un plato combinado con ambas opciones. El postre puede ser un lácteo o café”, explica la nutricionista del IMEO Andrea Marqués. Si no hay tiempo para parar en estaciones de servicio es muy recomendable que los transportistas lleven comida a bordo como piezas de fruta, pavo fresco, jamón serrano o frutos secos.

El principal problema de los oficinistas y cargos directivos se encuentra en los horarios de comidas: "La mayoría realiza un desayuno mínimo que puede constar de un café simplemente, a media mañana otro café junto con picoteos, seguido de un sándwich o una ensalada ya elaborada para comer y por la tarde al llegar a casa y tener un hambre voraz unido con ansiedad, se comen la nevera entera", relata la nutricionista.

Jesus Torrado: