No comes bien el pan … y lo sabes

El pan, siempre de masa madre (Foto: iStock)

Si con un alimento ha sido injusto el ser humano es con el pan. Cada día cometemos atrocidades con esta maravilla que tanto ha dado a las personas de todo el planeta a lo largo de la historia. Pocos alimentos más baratos están tan ricos como el pan, pero ya hace tiempo que dejamos de consumirlo bien, de cuidarlo y mimarlo como merece… y lo sabemos pero no hacemos nada. ¡Es hora de cambiar!

Entre los que lo dejan de comer porque se ha ganado la fama de engordar (como si los demás alimentos no engordaran…) y los que lo consumen de cualquier manera, el pan ha perdido la sonrisa con razón. Afortunadamente poco a poco va sacando la cabeza un pequeño gremio de panaderos jóvenes que están recuperando la esencia de este producto magnífico al que tan mal hemos tratado.

Lo primero que debemos hacer para recuperar su espíritu es atender al precio. El pan es barato, pero desconfía si te lo están vendiendo regalado, que cuesta más un chicle casi que una barra de pan en algunas tiendas. El pan “low cost” no es pan, es otra cosa que se le parece, pero no te dejes engañar.

Desconfía de las masas ligeras (Foto: iStock)

Ocurre lo mismo con el peso: un pan ligero es sinónimo de mala calidad. De hecho, una de las claves del buen pan es que suele venderse al peso y no por cómo sea la barra o cualquier otra variable.

Para evitar errores, saber bien cómo elaboran el pan en tu comercio de confianza es casi un deber. El pan necesita sus tiempos, sus ingredientes de calidad y su temperatura y tiempo correcto de horno entre otras muchas cosas. Una harina de calidad, una buena masa madre, el mimo de unas manos expertas que sepa cómo cocinarlo… todo eso hace que el pan se eleve a otro nivel.

Sin duda alguna merece la pena invertir un poco más en un pan de calidad porque entre otras cosas verás que se conserva mucho mejor, hasta el punto de que si eres capaz de no devorarlo todo en un día, podrás guardar para el día posterior. Eso sí, atento también a cómo lo guardas porque éste es otro pecado capital que cometemos contra nuestro amigo el pan. Ni al aire ni en plástico, el pan se conserva mejor en bolsas, como por otra parte ya hacían hace años esas personas que saben tanto y a los que hacemos poco caso: los abuelos. Una vez se enfríe, mételo en una bolsa de tela por favor.

El pan requiere de sus tiempos de preparación y sus buenos ingredientes (Foto: iStock)

Por último, aunque para gustos estén los colores, hay unos pilares básicos de cómo consumirlo que son los que de verdad hacen que un pan sea épico de sabor: mejor hecho con harinas integrales, cortarlo justo antes de consumirlo y no dejarlo cortado días porque se endurece y sobre todo pídelo tostado, así que guarda en el cajón aquello de “blanquita por favor”. De hecho si tu panadería es buena no venderá pan poco horneado.

Rubén García: