¿Qué es la comida macrobiótica?

La comida macrobiótica puede cambiarte la vida (Foto: iStock)

De las muchas cosas que Occidente está trayendo de Oriente, la mayoría de las más conocidas tienen que ver con la meditación como por ejemplo el yoga. Sin embargo, existen otras tendencias en la actualidad que no identificamos tanto en su origen, y éste no es otro que el mismo, el Yin-Yang oriental. Una de esas costumbres es la dieta macrobiótica.

Se trata de una forma de alimentarse basada en el equilibrio, que por lo tanto suele combinarse con el resto de hábitos en la vida como la propia meditación, la espiritualidad e incluso la medicina. Su creador fue el japonés Georges Ohsawa a comienzos del siglo XX, si bien es en la actualidad cuando ha tomado fuerza en el mundo occidental gracias especialmente al boom de la comida saludable y al éxito de las dietas con escaso protagonismo de los productos de origen animal.

Esta forma de alimentación está basada en el equilibrio de cuerpo y mente (Foto: iStock)

La filosofía de Oshsawa era que si comemos sano y simple estaremos en una mejor armonía con la naturaleza y el mundo que nos rodea. Al fin y al cabo, es una idea que se corresponde totalmente con las tradiciones ancestrales asiáticas, donde la armonía es un concepto capital.

Las características principales de esta dieta es que está basada en la ingesta de cereales, hortalizas, vegetales y legumbres. En concreto, el 25% de la ingesta diaria es gracias a las hortalizas y los vegetales, mientras que el 50% aproximadamente, es decir la mitad de la alimentación, está protagonizado por los cereales integrales.

Obviamente, al ser asiática, son los cereales de esta zona del mundo los que más se utilizan, tales como el arroz o el mijo. La cebada, el trigo, la avena o el maíz son también una fuente importante junto a otro tipo de semillas de origen vegetal. Las legumbres, por su parte, suelen estar presentes en un porcentaje aproximado del 15% sobre el total de la dieta, mientras que el resto se debe a otro tipo de alimentos como las algas.

La armonía es la base de esta alimentación (Foto: iStock)

Los frutos secos y las semillas pueden tomarse con moderación, al igual que el pescado, como mucho dos veces por semana, y cocinado con productos que ayuden a depurar el organismo como el jengibre. El pescado es el único producto de origen animal permitido en esta dieta, que elimina carnes, huevos y lácteos en general. Un plato fundamental es la sopa, de la que debe tomarse al menos una taza cada día. La sopa miso es en origen la más utilizada por razones obvias al tratarse de una sopa típicamente japonesa.

Las frutas tienen menos protagonismo pero se contemplan mientras sean frutas de la zona, es decir, se excluyen las tropicales por ejemplo, mientras que una característica importante hace referencia al consumo de líquidos, ya que se recomienda no beber durante la ingesta de alimentos, sino después y a pequeños sorbos. Puede ser agua o fundamentalmente té.

Por último, es importante saber que todo ello debe estar acompañado de un ambiente sereno para comer, que debe ser un acto lento y de disfrute.

Eva García: