Razones por las que debes realizar un análisis del agua que utilizas

Razones por las que debes realizar un análisis del agua que utilizas (Pixabay)

Cuando comemos nos gusta analizar la composición de los alimentos que ingerimos para saber su composición nutricional. Con el agua pasa exactamente lo mismo. Realizar un análisis del agua que utilizamos es fundamental para saber si es potable para su consumo, tanto humano como industrial.

En la industria el agua es utilizada para numerosas actividades como, por ejemplo, para lavado de maquinaria o aseo personal y/o para procesos de fabricación, entre otros. El agua es, por tanto, un elemento fundamental en el desarrollo industrial y social.

Tener conocimiento de las características físico-químicas de su calidad te ayudará a saber que el agua está cumpliendo con todos los requerimientos necesarios.

¿Para qué sirve hacer un análisis del agua?

El agua de por sí está en contacto con diferentes agentes como la vegetación, los seres vivos, el suelo, gases que por arrastre o disolución pueden incorporarse y alterar la composición química natural, etc.

Su origen proviene de embalses, pozos y ríos. Por eso, el agua que llega a través de nuestro grifo a casa se somete antes a un proceso de potabilización y varios análisis de agua potable en los que se comprueba la calidad en un laboratorio a través de muestras de agua.

Las aguas no analizadas pueden tener efectos negativos en nuestra salud. Por eso, es importante que las aguas sigan el protocolo establecido sometiendolas a los controles pertinentes. 

¿Cuáles son los parámetros del análisis del agua potable?

Los parámetros del análisis del agua potable se dividen en:

-   Físicos: temperatura, elementos flotantes, características organolépticas…

-   Químicos: aceites y grasas, cloro, pH del agua potable…

-   Gases disueltos: metano, nitrógeno…

-   Biológicos: restos fecales o salmonella.

Por lo tanto, los parámetros del análisis del agua que se controlan mediante un estudio en el laboratorio son:

1. Olor y sabor

Cuando abrimos el grifo para beber o para hacer uso del agua para cocinar los sentidos del gusto y olfato pueden sentir cualquier alteración. Es el principal motivo de rechazo por parte del consumidor.

Que el agua no desprenda ningún olor puede ser indicador de la ausencia de contaminantes (compuestos fenólicos). En caso de aparecer olores puede ser un indicio de una acción séptica de compuestos orgánicos en el agua.

2. Color

En el análisis del agua siempre será importante tener en cuenta su coloración (Pixabay)

Lo primero que vemos al abrir el grifo es el color del agua. Este puede variar por la presencia de sustancias de origen vegetal y por eso puede verse afectada la transparencia. Por eso, siempre será importante tener en cuenta su coloración.

Cabe destacar que, en la formación del color en el agua intervienen: temperatura, pH, tiempo de contacto, materia disponible y la solubilidad de los compuestos coloreados.

3. Turbidez

El agua puede perder su transparencia por la presencia de partículas en suspensión. Esto quiere decir que, la turbidez es causada por las partículas que se encuentran suspendidas y reducen la transparencia del agua.

La medición de la turbidez del agua se realiza mediante un turbidímetro o nefelómetro. 

La turbidez del agua también suele ser una razón de rechazo por parte del consumidor. Por eso, es importante que, si las normas de calidad establecen un criterio para la turbidez, esta debe mantenerse mínima para garantizar la eficacia del proceso de desinfección.

4. pH

El pH es el encargado de decirnos si el agua es básica o alcalina, indica la acidez o la alcalinidad del agua. Y aunque influye en algunos fenómenos que ocurren en el agua como la corrosión y las incrustaciones en las redes de distribución, no tiene efectos nocivos sobre la salud.

Normalmente, las aguas naturales (no contaminadas) exhiben un pH en el rango de 6 a 9. 

5. Temperatura

Este parámetro físico es uno de los más importantes, ya que influye entre otros en el retardo o aceleración de la actividad biológica, la absorción de oxígeno, la formación de depósitos, la desinfección, filtración y sedimentación.

Son muchos los factores que pueden hacer que la temperatura del agua varíe, aunque el factor principal suele ser el ambiental.

En definitiva, independientemente del uso que se le dé al agua, es importante contar con un análisis físico-químico completo que permita determinar cuáles son los parámetros del agua de entrada y de salida. Para ello, puedes contar con la ayuda de profesionales en este sector.

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