La alimentación ideal para un triatleta no difiere demasiado de la de cualquier otro deportista. En general, hay unas directrices básicas que cualquier atleta habitual debe seguir. Son normas que todos hemos escuchado infinidad de veces: olvidarse de la comida basura, comer cinco veces al día, hidratarse bien (sobre todo en épocas de temperaturas altas). En resumen, comer sano, variado y que no falte el líquido.
Sin embargo, también hay algunos consejos alimenticios que son propios de este deporte que mezcla tres disciplinas. Veamos algunos de ellos:
1.- Engrasarse
No, no hablamos de la cadena de la bicicleta. Los que nos tenemos que engrasar somos nosotros. Algunos de los alimentos que más nos ayudarán en este propósito son el aceite de oliva virgen extra; pescados como el atún, el salmón o el arenque; y los frutos secos, en especial, nueces y avellanas.
2.- Hierro
Por las características del triatlón, es importante aumentar la ingesta de productos ricos en minerales y, especialmente, en hierro: lentejas, garbanzos, soja y las carnes rojas nos ayudaran en ese propósito.
3.- Vitamina B
El cuerpo del triatleta pide vitamina B. La encontraremos en las vísceras, carnes rojas, cereales y frutos secos, entre otros.
4.- Equilibrio
Seguro que alguno está leyendo los consejos y pensando que las carnes rojas es lo mejor para el triatleta. Las hemos recomendado en el apartado del hierro y de la vitamina B. Está claro que aportan unos nutrientes básicos para el deportista que hace triatlón, pero tampoco podemos abusar de ella. Al final, el mejor consejo que podemos dar es que se use el sentido común. Que se haga una dieta equilibrada, en la que no se abuse de nada y que se controle, más aún, en la semana previa a la competición.
Dieta del triatleta antes de una competición
Siempre se ha dicho que la semana antes de la competición hay que consumir pasta. Mucha pasta. Es cierto que los hidratos de carbono son importantes, pero (de nuevo el sentido común) tampoco tenemos que abusar. El objetivo es hacer una buena carga de glucógeno, y eso está comprobado que, en parte, se consigue simplemente bajando la intensidad de los entrenamientos.
Otro aspecto importante es no innovar. Igual que no hay que estrenar ropa el día de la competición, tampoco pruebes alimentos nuevaos. Es decir, come lo que sepas que te sienta bien, sobre todo, el mismo día de la carrera. Si es por la mañana, desayuna lo de todos los días, ni más ni menos. Y si es por la tarde, entre tres y cuatro horas antes realiza una comida en la que evites carnes, grasas, alto contenido en fibras y alimentos excesivamente condimentados.