Mujeres y hombres aman el sexo por igual, aunque ni unas ni otros saben, a menudo, las claves para ser una máquina: por eso, te proponemos un entrenamiento sexual. Para disfrutar al máximo de las mieles del sexo, no se trata de tener más curvas o el pene más grande, sino de sacar partido a nuestra imaginación y resistencia física, para aguantar las jornadas de sexo que decidamos montarnos con nuestra pareja.
Lo primero es echarle ganas y ser curiosos descubriendo nuevas formas de darnos sexo y posturas. Lo segundo e indispensable es que nuestro cuerpo sea capaz de aguantarlo. Y no nos referimos a tardar más o menos en llegar al clímax, sino en no desfallecer en plenas maniobras. No es necesario ser un culturista, pero sí es preciso estar en forma física. Para lograrlo, te mostramos algunas formas de entrenamiento sexual. Has leído bien.
Músculos en forma para el sexo
Los músculos tienen un papel protagonista en nuestra actividad sexual. Especialmente, los glúteos, el abdomen, los sacrolumbares, los isquiotibiales y los cuádriceps. Deberemos trabajar en estos músculos, para mejorar nuestro rendimiento sexual. Por ejemplo:
1. Ejercicios como el peso muerto, hacer sentadillas y aquellos que implican tirones de caderas.
2. Ejercicios de planchas y elevaciones de piernas. Te ayudarán a reforzar piernas y abdomen, indispensables en las distintas posturas sexuales.
3. Ejercicios de puente, que fuerzan la zona sacrolumbar y los glúteos.
4. Los ejercicios como las sentadillas, sin peso encima, pero realizando una alta serie de repeticiones de alta intensidad, aportan resistencia.
Lo mejor es que son ejercicios que puedes hacer en casa y sin necesidad de ir a un gimnasio. Además, el entrenamiento sexual no solo prepara la musculatura para nuestras sesiones de sexo, sino que contribuye a disminuir la disfunción eréctil y combate la impotencia.
Para sexo con él arriba, necesitas un abdomen fuerte. Si se pone arriba ella, los glúteos llevan el peso. Los brazos siempre son esenciales.