¿Os apetece entrar en el mundillo de la escalada? Debéis saber que es un deporte realmente duro. Existen varios tipos de escalada y, en general, sus principales diferencias estriban en el medio, el equipo y el material. En muchas ocasiones, la elección de uno u otro no depende tanto de los gustos, sino de las opciones, tanto físicas como operativas.
1. Escalada libre
El esfuerzo del escalador es el que hace el trabajo. No hay más ayudas. Con sus manos y sus pies como aliados, ya que este es uno de los tipos de escalada en los que no se usan otros materiales que puedan hacer la ascensión algo más fácil. Si os decidís por esta, es importante que tengáis una excelente condición física.
2. Escalada en roca
Resistencia, agilidad, equilibrio y, por supuesto, fuerza física, se ponen en juego en la escalada en roca. Los sistemas de seguridad han avanzado mucho, permitiendo, de este modo al escalador alcanzar cimas inimaginables para ellos hace solo unos años.
3. Escalada en hielo
Solo apta para los escaladores con mucha experiencia a sus espaldas. Además de un gran conocimiento de la disciplina, evidentemente también precisan de estar equipados con crampones y piolets. Y, por supuesto, de nuevo la condición física es absolutamente indispensable para poder llegar a buen puerto. O a buena cima.
4. Escalada en rocódromo
Un buen sistema para quitaros el ansia de escalar ese sábado que ha salido malo y que no os permite practicar estos tipos de escalada en un entorno natural. Una pared con agarres y presas artificiales será vuestra conquista esta vez.
5. Escalada interior
Este es el último de los tipos de escalada que se va a repasar. En él, el escalador mete su cuerpo, sino entero, al menos gran parte de él, en grietas y trata de ascender por ellas.