Mitos y verdades sobre las canas

Las canas, fallos en la generación de melanina, el pigmento del pelo, son cuestión de tiempo, nunca mejor dicho. Nadie se libra de ellas, en mayor o menor medida, así que lo mejor es adaptarse a ello, asumirlo y sacarle partido. Lo curioso es que alrededor de ellas se han generado mucho mitos y algunas verdades sobre ellas. Éstas son algunos de ellos:

Mitos

Uno de los más extendidos es ese que dice que si te arrancas una cana te salen más. Al menos no hay estudio científico que lo demuestre, lo que significa que si te ha ocurrido alguna vez no quiere decir que esto sea verdad.

Otro mito que suele generar debate es si son grises o si son blancas. La realidad es que no son ni de un color ni del otro, sino que son amarillas. Dependiendo de cada persona y la melanina que produzca pueden tirar más a blancas que otras. La tonalidad gris muchas veces se debe a la mezcla en esa zona con cabellos negros o con pelos que se están volviendo canas.

Un tercer mito falso es que el sol fomenta la aparición de las canas. Es cierto que afecta al color del pelo, generalmente aclarándolo, pero no se ha demostrado que produzcan canas.

Verdades

Una verdad es que las canas tienen que ver con la edad. Es cierto que hay personas jóvenes a las que les salen pero no es lo normal. Lo habitual es que aparezcan con el envejecimiento porque es cuando se produce menos cantidad de melanina, que es el pigmento natural que da color al pelo.

Otra verdad es que hay factores que sí se ha demostrado científicamente que fomentan la aparición de las canas. Dos de ellos son el tabaco y el estrés. El primero parece que acelera la aparición de las mismas, especialmente cuando se mezclan con alcohol. En el caso del estrés, es más que obvio que afecta. Solo hace falta observar cómo se les transforma el pelo a personajes que ocupan puesto de alta responsabilidad.

Una tercera verdad es que hay determinadas vitaminas que son importantes para retener su presencia. En concreto la vitamina B y la B12. De hecho, éste suele ser el motivo por el que aparecen antes en algunas personas jóvenes.