El cáñamo es una planta a la que se atribuyen numerosas ventajas y propiedades, lo que propicia que se le pueda dar una infinidad de usos, muchos de los cuales vienen de antiguo. Su historia, particularmente en España, es interesante y merece la pena hacer un repaso por ella.
El cultivo de cáñamo y sus usos en la actualidad
Si bien es conocida por ser la planta de la que se extrae la marihuana, lo cierto es que esta sustancia se obtiene de variedades de cáñamo en las que existe una alta concentración de su componente psicoactivo, el tetrahidrocannabinol (THC). En España, el cultivo de cáñamo con fines industriales se reguló hace más de 20 años en el Real Decreto 1729/1999. En él se aprobó el uso de hasta 25 variedades de cáñamo industrial, cuya característica común es que han de contar con un bajo porcentaje de THC (menos del 0,2%).
En la actualidad, la Unión Europea subvenciona este tipo de cultivos, ya que de ellos se obtienen desde cosméticos hasta biocombustibles, pasando por tejidos, alimentación, materiales usados en la industria automovilística… Incluso encuentra su aplicación en medicina a través de su componente no psicoactivo más importante: el cannabidiol o CBD. En la web www.aceite-cbd.net encontrarás más información sobre la aplicación del CBD y se demuestra que, de este modo, el cáñamo se ha posicionado como una opción natural, ecológica y sostenible en numerosos sectores.
La historia del cáñamo en España
La historia del cáñamo en nuestro país está vinculada al sur de la Comunidad Valenciana. Ya los musulmanes en el siglo XII establecieron en Játiva (Alicante) molinos en los que usaban la fibra del cáñamo como materia prima para hilar tejidos. Cerca de esta zona se encuentra también Callosa del Segura, una ciudad relacionada desde la Edad Media con el cultivo del cáñamo por el papel que este ha desempeñado en su historia y en su economía. Tal es así que se le ha otorgado el título de “Ciudad del cáñamo” y hasta cuenta con un museo dedicado y con una escuela en la que se muestra la totalidad del proceso de cultivo y producción de fibras.
Durante los siglos XV y XVI, el cáñamo estuvo presente en las peripecias marítimas que se vivieron en esta época: las velas, redes y cuerdas de los barcos en los que Colón llegó a América estaban fabricadas con cáñamo, y las flotas de guerra de los años posteriores también contaban con este material debido a la gran resistencia que presentan al agua salada. En el siglo XVIII se siguió manteniendo la protección al cáñamo desde los gobiernos que ostentaban el poder, de manera que se garantizase la producción nacional. Así se mantuvo hasta la Guerra Civil Española, que tuvo lugar de 1936 a 1939, momento en el cual el cultivo del cáñamo llegó a sufrir un auge notable. Sin embargo, todo esto se vio truncado en 1937 cuando Estados Unidos prohibió su uso en favor del cultivo de algodón, uno de los pilares de su economía, y de las fibras sintéticas; prohibición que en poco tiempo se extendió por todo el mundo.
Hoy en día, por suerte, el cultivo está de nuevo regulado. Y es que, aunque sea necesario contar con los permisos pertinentes, las posibilidades del cáñamo en el mercado son amplísimas y, sobre todo, suponen un avance muy interesante en materia ecológica y de sostenibilidad.
Deja una Respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.