El pie es el primer y último elemento anatómico que está en contacto con el suelo durante el gesto deportivo del corredor y ello genera 5 lesiones típicas del pie del runner. El pie es el responsable de amortiguar en la medida de lo posible todo el impacto que se genera contra el suelo en el momento del contacto del talón cuando caemos de la fase de vuelo, y es el responsable también de asumir en gran medida la propulsión del cuerpo hacia arriba y hacia delante. Su estado óptimo nos garantizará que estos dos momentos tan básicos en la biomecánica corporal, se produzcan dentro de la normalidad. Pero existen 5 lesiones que, como causa o como consecuencia de una mala pisada, impiden que el runner disfrute de su deporte preferido:
1. Fascitis plantar
Un sobreuso de la planta del pie provoca una inflamación primero y una degeneración después, del tejido aponeurótico plantar, íntimamente relacionado con la amortiguación del impacto contra el suelo y con la propulsión del pie en la fase de despegue.
2. Metatarsalgias
La sobrecarga metatarsal producida por un exceso de impacto contra el suelo, motivada por un mal calzado deportivo y/o una mala pisada, son frecuentes en runners. Dolor moderado pero muy incómodo para correr, puede desembocar en fracturas por estrés.
3. Fracturas por estrés
O fractura del recluta, es la consecuencia típica del corredor que ha padecido durante mucho tiempo sin tratarse una metatarsalgia. El hueso llega a tal sobrecarga mecánica que al final se fractura. La tendencia al “barefoot” y el minimalismo, puede tener que ver con estas lesiones.
4. “Impigment” de la cápsula articular del tobillo
Amplia pero erróneamente conocidos como “esguinces mal curados”, los pinzamientos de la cápsula articular del tobillo son frecuentes en corredores con una pisada hiperpronada, donde el pie tiene un excesivo giro hacia dentro, lo que conlleva el aumento de la compresión interna del tobillo.
5. Alteraciones ungueales y dérmicas
Aunque es la causa menos relacionada con la biomecánica de la pisada del runner, las alteraciones del pie y las uñas del corredor son muy frecuentes, sobre todo en pruebas de larga distancia. Los hematomas subungueales (las uñas negras) son fruto del contínuo golpeteo de los dedos sobre la puntera de la zapatilla. Las ampollas salen por la excesiva fricción y roce de la zapatilla o un calcetín mal ajustado con un aumento de la sudoración en el interior de la zapatilla durante la carrera.
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