El krav maga, en hebreo “lucha de contacto”, es un sistema de defensa personal creado en Israel en la década de los 40 del siglo pasado. No es un arte marcial. Está diseñado para defenderte de agresiones reales, es sencillo y fácil de recordar. Un modo de plantar cara, por ejemplo, si te atracan en mitad de la calle.
Hagamos una observación en este punto, porque no se trata de que ahora todos os creáis Chuck Norris y os hagáis los tipos o las tipas duras si os van a robar. Está bien conocer el krav maga, u otros métodos de defensa personal, pero lo que suele estar mejor si tratan de robarte es dar lo que piden y tratar de salir de la situación con los menos rasguños posibles.
Y si algunos pretenden poner en práctica esta enseñanza en cuanto salgan a la calle, huelga decir que mejor se desahoguen contra el saco.
1.Para todos los públicos
Los profesionales y los profesores de krav maga destacan de él, sobre todo, su sencillez: “No hay que tener una gran condición física, no hace falta conocer de antemano ningún otro método de defensa y cualquier persona puede aprenderlo”, son afirmaciones que repiten con asiduidad.
Conocer los entresijos del krav maga, por tanto, os puede servir para defenderos si lo estimáis necesario, pero, sobre todo, ha de seros útil para entrenar. En definitiva, es otro tipo de entrenamiento conducente a mejorar vuestro estado físico, adelgazar, etcétera. Al fin y al cabo, es un entrenamiento militar.
2.Músculo y pulmones
¿Por qué titular este apartado así? Primero porque se trabajan los grupos musculares a base de golpes. Patadas, codos, rodillas, manos, casi cualquier parte del cuerpo será usada para golpear, normalmente, contra sacos.
Y los pulmones porque el entrenamiento se hace a tal velocidad que los pulmones se llevan al límite, movimientos rápidos y muchas repeticiones antes de poder descansar. Así es el krav maga.
3.Intensidad
Hay que realizar unos ejercicios previos para acondicionar el cuerpo al entrenamiento posterior. Esta parte anterior se realiza con bastante intensidad, lo que hará que lleguéis al entrenamiento en sí ya fatigados. Con ello, se aprende a combatir en estado de cansancio, que es como podéis estar si tenéis un percance en cualquier momento en la calle.
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