Antes de comenzar una dieta, hay que partir de la base de que no todas son sanas ni mucho menos productivas. Recibimos mensajes erróneos y contraproducentes que nos incitan a cometer graves errores con nuestro cuerpo sin que apenas nos demos cuenta.
Es muy importante saber cómo llevar una dieta saludable de forma eficaz, y para ello hay que cumplir con una serie de claves: educación alimentaria, conocimientos nutricionales, planificación, equilibrio, y responsabilidad; todo ello por supuesto acompañado por la práctica de alguna actividad física.
Como en tantas ocasiones a lo largo de la vida, el primer paso es el que puede llevarte al éxito o al fracaso. Por eso, para poder cumplir con estos requisitos, es necesario saber elegir bien el experto que va a ser tu guía durante todo el proceso y esto puede hacerse en la web de Nootric.
El objetivo del dietista nutricionista que haga las cosas con acierto y responsabilidad siempre se va a medir en el largo plazo, por mucho que los pacientes quieran resultados inmediatos. Estas dietas sanas no buscan perder kilos en pocos días; una dieta saludable eficaz requiere en primer lugar de un proceso de educación alimentaria a la vez que se evitan los tratamientos que precisamente buscan resultados cortoplacistas pese a que muchas veces son perjudiciales para la salud.
Los conocimientos en alimentación y nutrición son un valor que la persona va a tener toda la vida de manera que siempre los podrá aplicar incluso cuando ya no esté siguiendo ningún tratamiento específico. Por ejemplo, sabrá más acerca de la composición de los diferentes alimentos o podrá leer con acierto las complejas etiquetas que acompañan a cualquier producto que metemos en el carro de la compra sin saber lo que contiene realmente.
A partir de aquí, porque cada persona es diferente, es necesaria la personalización a la hora de diseñar una dieta. Se debe hacer un estudio sobre las características físicas del paciente e incluso ir un paso más allá de este tipo de valores para saber cuál es realmente el objetivo concreto de esa persona que decide ponerse a dieta.
En cualquier caso, y más allá de la gran importancia de la personalización de las dietas, lo fundamental para llevar una dieta sana de forma eficaz es que esté compuesta por una alimentación variada. La palabra mágica para definirlo es equilibrio. Hay que comer de todo lo que sea saludable de una manera variada y, eso sí, controlada. Medir las cantidades es importante; esto no quiere decir que se coma poco, significa que se debe comer lo suficiente. Por lo tanto, una dieta sana debería incluir como protagonistas a todos los grupos de alimentos para evitar problemas de salud derivados de la falta de nutrientes.
Para que este equilibrio no se rompa, la planificación es otro factor fundamental. Para ello, como hemos dicho antes, el dietista nutricional te reeducará en los hábitos del comer y responderá a todas las preguntas clave (qué, cuánto, cuándo y cómo, ya que también ayuda a la eficacia del tratamiento saber cómo cocinar los alimentos) pensando únicamente en tu caso personal para diseñarte un tratamiento específico.
Por último, para que todo llegue a buen puerto, se necesita por supuesto de la colaboración del paciente. Sin la responsabilidad de ser capaz de cumplir con los pasos propuestos por el dietista nutricionista, el trabajo de éste no puede conseguir los objetivos. La mejor frase para mentalizarse ante esta nueva fase que uno elige cuando quiere mejorar su alimentación es que si se quiere de verdad, se puede. Esta responsabilidad es la que debe poner también la guinda final a la dieta sana para que sea lo más eficaz posible: conseguir reunir la fuerza de voluntad suficiente para incluir la actividad física en la rutina diaria y evitar los hábitos tóxicos que todos conocemos.
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