La salud de Kiko Rivera estaba en entredicho. El hijo de Isabel Pantoja, enfermo de gota desde hace varios años y con la tensión alta (reconocido por él mismo), podría haber pasado por el quirófano para someterse a una reducción de estómago. El objetivo estaba claro: reducir los kilos de más que podían poner en riesgo su salud.
La intervención del DJ fue a través de una técnica laparoscópica, por la que los médicos colocaron una cinta en el estómago de Kiko para reducir su tamaño y por ende, reducir su apetito. Además esta operación no supone ningún problema para que el hijo de la Pantoja prosiga con su vida normal.
Aparte de la operación, Kiko ha dejado de fumar y ha empezado a hacer deporte, necesario en sus nuevos hábitos de vida. “El comienzo de un gran cambio”, escribió el pasado 17 de julio en las redes sociales, lo que muchos interpretaron como el día en el que hijo de Isabel Pantoja decidió operarse.
Hoy es el comienzo de un gran cambio que se avecina....prontito lo veréis familia.
— KIKO RIVERA (@riverakiko) 17 de julio de 2017
El hijo de la tonadillera ha recibido el apoyo de sus familiares más cercanos y de sus incondicionales fans, pero quizás, las palabras que más emoción le han hecho son las de su mujer, Irene Rosales, que ha restado importancia a que haya pasado o no por quirófano: "Lo importante es que él está estupendo".
La noticia de la operación de Kiko Rivera ha llegado en un momento feliz para él y su familia, ya que el hijo de la cantante sevillana y su mujer esperan su segundo hijo, el tercero del DJ. ¡Todo son buenas noticias en el clan de los Pantoja!
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